domingo, 9 de mayo de 2010

happy 150th birthday, mr. Barrie..


"
Todos los niños, menos uno, se hacen mayores.."

Así empezaba la aventura de irse a la cama cada noche para mí; no importaba cuán de memoria me lo supiese o la variedad de libros que poblaran mi estantería.. no pensaba hacer el enorme esfuerzo de dormirme y dejar de dar la lata si no me leían Peter Pan.
Por lo visto aprendí a leer sola a los 3 años, o eso cuentan en mi casa, y aunque podía ahorrarle a mi padre el trabajo de leerme cada noche no era lo mismo, ni de lejos. Con el resto de las historias podía apañármelas yo solita, pero esta quería que me la contasen.

Y si me cambiaban una sola coma, u osaban darle un enfoque original al final del cuento.. no sabían en qué lío se habían metido.
Desde siempre ha sido mi cuento favorito - perdón, mi persona favorita - pero no lo creí para tanto.. hasta que el otro día encontré esta foto :)
Yo nunca quise ser princesa; quería unos leotardos verdes, volar y que nada me quitara las ganas de cacarear..

Pero, por supuesto, aquello sólo era un dibujo en la pared. Al de verdad me fui a buscarle yo solita una mañana de Julio. Habiendo enviado a mi escolta a ver el cambio de guardia, me adentré en los jardines de Kensington por la única puerta en la cual el mapa de la entrada carecía del utilísimo "usted está aquí". No fear!
Empecé a andar sin rumbo fijo, sin saber en qué punto de aquella inmensidad me encontraba, pero sin la sensación de estar perdida. De repente aparecí delante del Serpentine y supe que andaba cerca. Lo olí, lo intuí.. lo supe. Estaba hasta empezando a bombear con más fuerza!

Y de repente apareció.. entre los árboles, como no podía ser de otro modo, asomado a la parte más bonita del lago. Ni más alto ni más bajo de como lo esperaba. Justo así.
Su cara cambiaba del tono más oscuro del bronce al verdoso, según se moviesen las nubes. There you are, Pete!. No sé ni cuántas fotos hice, tantas, pero en ninguna reflejaba la misma luz. Me quedé mirándole mucho, mucho rato. Me asomaba al lago, y volvía a girarme hacia él. Le había encontrado yo solita!



Aquel sitio, desde luego, supuraba magia; de repente te dabas cuenta de que tanto niños como mayores tenían la misma luz en la mirada al verle. Volvían a querer volar, si es que alguna vez dejaron de querer; porque aquello era el reencuentro con quien todos salimos por la ventana de noche cuando nuestros padres cerraban el libro y se iban a dormir.

Hay pocas cosas en la vida de las que puedo tener certeza, pocas cosas que realmente sé; pero una de ellas desde luego es.. que aquel sí que era Peter Pan.


( Aunque, como mi buen amigo James decía.. )

No soy lo suficientemente joven como para saberlo todo.




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